Si todavía nos queda mucho por conocer acerca de como son las representaciones de los fenómenos físicos, matemáticos, biológicos o químicos, sabemos todavía menos sobre el mundo social. En ese terreno las cosas son mucho más complicadas. Mientras todos pensamos que nuestra representación de la realidad natural es más o menos adecuada, y que nos aproximamos lentamente hacia una verdad que está ahí, independiente de nosotros, en cambio, en el caso del conocimiento de la sociedad es más fácil darse cuenta de que ese conocimiento está orientado por nuestros prejuicios, por nuestros intereses, por nuestros sesgos particulares, por nuestro propio punto de vista, en una palabra, por nuestra posición en el mundo social, como ya había mostrado Marx. El ser rico o ser pobre, poderoso o insignificante, pertenecer a un país o a otro, profesar una religión concreta o no practicar ninguna, ser hombre o mujer, joven o viejo, etc., determina de una manera muy profunda cómo vemos la sociedad y los fenómenos que se producen en ella. Ni tan siquiera las ciencias sociales están al margen de esos sesgos y ésta es una de las causas de la existencia de puntos de vista a veces contrapuestos entre los propios científicos sociales. (Juan Delval. Aspectos de la construcción del conocimiento sobre la sociedad)
Desde el punto de vista epistemológico y psicológico el conocimiento es la relación e interacción qué se da entre el sujeto cognoscente y el objeto cognoscible. Así como lo físico nos desborda por su complejidad, lo social no está exento de la trama compleja de la que está formada. No es lo mismo conocer el mundo físico o la realidad física que la realidad social. La sociología como una ciencia social, es una poderosa herramienta para acercarnos al conocimiento de lo social.
El acto educativo que vive en la escuela es un acto social. Por lo tanto trataremos de acercarnos al estudio de lo social-educativo a partir del análisis de los siguientes temas:
Evaluación del módulo.
¡Hola, mis muy estimados y queridos compañeros!
Ya estoy otra vez por aquí, “más puesta que un calcetín” para terminar nuestra maravillosa aventura. Ja ja ja 🙂
Bueno a lo que menciona Sam en la introducción considero que:
Definitivamente así es. Yo percibo que las actuales generaciones de padres de familia y de alumnos presentan una complejidad impresionante en las relaciones que se establecen entre nosotros los docentes –y directivos- y sus demandas o exigencias hacia nuestro desempeño; sin la debida corresponsabilidad en lo que a su participación e involucramiento formativo de sus hijos les corresponde.
Y yo me cuestiono: ¿hasta qué punto tienen razón? ¿Qué tengo que hacer como docente para tener relaciones lo más armónicas posibles? Y si se presentan conflictos, solucionarlos de manera rápida mediante el diálogo; donde las partes involucradas salgan ganando y a gusto.
Es cierto que el entorno económico, social, cultural, moral, laboral… influyen en nuestra toma de decisiones y actitud hacia la vida misma; pero considero muy injusto que se vaya por la misma responsabilizando a terceros o culpándolos de su situación prevaleciente en su familia. Como que quieren que una les solucioné sus problemas o lo que es peor; que somos –docentes- los culpables de tenerlos. Y además, de tener a los Derechos Humanos al acecho constante. Es “el Coco” con que nos pretenden asustar los padres de familia.
En lo personal, hay momentos en que siento decepcionada y rebasada por esas circunstancias. Por ejemplo, una mamá se atrevió a redactar y firmar en nombre de una psicóloga del DIF, la valoración psicológica del avance de la terapia que “se suponía” estaba recibiendo su hijo. Tremenda la situación. ¿Qué nos deparará el destino? Sólo tengo fe de estar lo debidamente preparada para enfrentar de la mejor manera esos retos que sé que se me van a presentar mientras desempeñe esta hermosa labor. Porque el trabajar con niños y jóvenes, es algo que disfruto mucho, aunque haya estos tropiezos.
Por lo pronto, llego hasta aquí.
Nos seguimos leyendo.
Saludos afectuosos de Marta Noemí 🙂
By: Marta Noemí López Román. on 2010/05/02
at 1:27 AM